Mencionada por Shakespeare en Hamlet como la «yerba santa de domingo», muchas historias se han tejido en torno a la ruda, una planta que se nombra hasta en la Biblia. Pero además siempre convoca a la duda: ¿es hembra o macho?
Primero hay que decir que «ruda» es el nombre común con que nos referimos a plantas del género Ruta–que incluye alrededor de 60 especies originarias del Mediterráneo, Macaronesia y sudoeste de Asia–, que también da nombre a la familia a la que pertenecen: las Rutáceas. Las plantas de esta familia se caracterizan porque sus tallos, hojas y frutos segregan esencias muy aromáticas. El más conocido y agradable entre sus olores puede ser el del limón; el más intenso y fuerte, quizá desagradable para muchos, el de la propia ruda. En el ámbito popular, se la discrimina como «macho» y «hembra», en la creencia de que una posee los órganos masculinos y otra los femeninos. Pero la ruda es una planta hermafrodita, es decir, tiene los órganos masculinos y femeninos en la misma planta. ¿Por qué, entonces, la gente considera a las plantas como macho y hembra? La respuesta está en que son diferentes especies.

Fuente: L a Nación, Diverso Ecuador