Los activistas queer de Kampala utilizan la agricultura sostenible para sobrevivir a la crisis y la exclusión social.
Cuando se declaró la pandemia el año pasado, Shawn Mugisha compartía su apartamento de dos habitaciones con otras nueve personas. Todos ellos pertenecen a la asediada comunidad queer de Kampala, es decir, personas cuyas identidades de género u orientación sexual se encuentra fuera de las normas habituales. Los había conocido a través de su trabajo como activista de derechos humanos y asistente jurídico: personas que habían sido repudiadas por su familia, o que no tenían a dónde ir tras su excarcelación.
Para ellos, el confinamiento presentaba problemas particulares, según Shawn: «¿Qué significa realmente «quedarse en casa” para alguien que no tiene hogar o que hace trabajo sexual?”.
En Uganda el primer confinamiento se produjo en abril de 2020 y la seguridad alimentaria se deterioró rápidamente. Las cadenas de suministro colapsaron, los precios de los alimentos se dispararon y la gente empezó a pasar hambre. En ciudades como la capital, Kampala, los productos frescos y las verduras empezaron a escasear especialmente.
Shawn, que tiene 34 años y es transgénero, cuenta que durante este tiempo muchas personas de la ciudad dependían de la ayuda de sus familiares en las zonas rurales para que les enviaran suministros. Sin embargo, las personas condenadas al ostracismo por su orientación sexual o identidad de género habían sido abandonadas por sus familias.
«Dependíamos completamente del suministro de alimentos del gobierno. Muchos de nosotros nos quedamos sin nada”, cuenta. «Así que tuvimos que encontrar una manera de sobrevivir en esta situación”.
Decidió cultivar sus propias frutas y verduras en el jardín de su bloque de apartamentos en los suburbios. Esto se convirtió en el inicio de una nueva organización, FAMACE, acrónimo de «Farming, Art, Mental Health Advocacy, Collaboration, and Ethical human-centered design” (Agricultura, Arte, Defensa de la Salud Mental, Colaboración y Diseño Ético Centrado en el Ser Humano). Su objetivo es fomentar la resiliencia de la comunidad queer de Uganda y ayudar a las víctimas de abusos y discriminación a ayudarse a sí mismas.
Tras haber estudiado permacultura, Shawn cree que la producción sostenible de alimentos puede ayudar a las víctimas de discriminación y abusos a curarse del trauma y a construir una vida que no dependa de actividades como el trabajo sexual, que podrían hacerlos volver a caer en manos de la policía. «El diseño ético centrado en el ser humano consiste realmente en situarse en el centro de la solución de los problemas propios y observar cómo surgieron estos”, explica.
Violencia y detenciones
Uganda es un lugar hostil para la comunidad LGBTQ+ (Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transgénero, Queer y el signo «más” incluye a otras comunidades, como intersexuales, asexuales…). En 2019, el activista por los derechos de los homosexuales y asistente legal Brian Wasswa fue brutalmente asesinado en su casa. Los defensores de los derechos humanos lo califican como un crimen de odio, que recuerda al asesinato de David Kato en 2011.
Kato, también activista por los derechos de los homosexuales, fue apaleado hasta la muerte después de ganar un juicio contra un periódico local. El periódico había publicado su nombre en un artículo sobre homosexuales. El titular decía: «Cuélguenlos».

FUENTE: MB, Diverso Ecuador