El propósito de este gremio es hacer más visibles los negocios en torno a esta comunidad.
Dos hombres llegan a un hotel para pagar y usar la habitación que reservaron con antelación. Quien los atiende verifica la información, los observa y les pregunta si están seguros de que quieren cama matrimonial y les ofrece un cuarto con dos camas, en el mejor de los casos.
Este tipo de escenas se da en los distintos centros de alojamiento del país. Las parejas que son parte del grupo LGBTIQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales, queers y otros) lidian con los estereotipos que tienen quienes las atienden en el sector servicios de la economía.
Diana Rodríguez es trans femenina y dirige la Cámara de Comercio LGBTIQ+ legalizada en 2018 e integrada por negocios que atienden a este grupo. Uno de los objetivos, dice, es analizar el peso y la contribución a la economía de las personas identificadas con estas siglas.
La diferencia con la Cámaras de Comercio tradicionales de las ciudades del país es que la LGBTIQ+ tiene finalidades más específicas y busca hacer más visible los negocios en torno a esta comunidad.
“La Cámara está destinada a procesos de inclusión económica dentro del país. Todo lo que tenga que ver en el sector comercial con servicios, productos y en el área turística. Crear mecanismos para que la atención sea libre de prejuicios, sobre todo en el sector servicios de la economía como en hoteles, restaurantes, bares, discotecas. Los que se unen a la cámara pasan por un proceso de sensibilización de su personal para saber cómo ofrecer un servicio sin que estas poblaciones se sientan tratadas como tal”, manifiesta.
Otro de los fines es relacionar a los empresarios pequeños, medianos y grandes y los emprendedores involucrados con los grupos LGBTIQ+.
La falta de información es una de las trabas, ya que los censos oficiales del Ecuador no incluyen preguntas para estimar en porcentajes el número de personas LGBTIQ+, calcular sus ingresos promedio, los sectores en los que trabajan o se desarrollan, el nivel de empleo y desempleo y así evidenciar el peso que tienen en la economía nacional.
Seis corporaciones privadas hoy son parte de esta Cámara de Comercio en el país y son Coca-Cola, la farmacéutica Boehringer Ingelheim, Grupo Bimbo y Ekos, la consultora Ernst & Young y la operadora turística Andean Travel Company (ATC).
A estas se suman pequeñas empresas que son afiliadas, dice Rodríguez, pero solo están para cumplir procesos de responsabilidad social y les falta entender el potencial del mercado LGBTIQ+. “Se respeta el comportamiento de cada una de estas y se las ayuda en un proceso para que comprendan cómo es este mercado para que ellas decidan salir del clóset corporativo en algún momento. Hay firmas que no muestran públicamente que son parte de esta Cámara, las que he nombrado sí, y tienen un proceso de reconocimiento todo el año, no solo en el mes del orgullo gay (junio)”.
La operadora ecuatoriana ATC ofrece dos cruceros que recorren el archipiélago de Galápagos destinado a los miembros del grupo LGBTIQ+ y paquetes exclusivos con estadías en un hotel de Quito.
La primera Encuesta Nacional sobre negocios LGBTI Friendly y su situación ante el COVID-19 en Ecuador, cerrada el 17 de julio pasado y que abarcó 501 casos relacionados con esta comunidad, indica que el 50,5 % de estos son parte del sector formal, lo que refleja la alta informalidad.
Además, el 40,9 % de estos negocios cerraron en su momento debido a la crisis económica empeorada por la pandemia, pero ya reabrieron nuevamente. Y el 31,9 % cerró completamente por quedarse en la quiebra. El resto no fue afectado por la pandemia, nunca cerraron o se sustentaron de otros emprendimientos surgidos en medio del confinamiento.
Un dato revelador fue que el 81,2 % de los negocios encuestados pertenecían a una sola persona natural, refiere Rodríguez, lo que refleja una de las características de los negocios de esta comunidad.
Andy Thompson es uno de los miembros de la Cámara de Comercio LGBTIQ+. Él como cosmetólogo y esteticista es dueño de un spa consultorio para el cuidado de la piel. El negocio lo instaló en su casa como persona natural.
“Ser parte de esta cámara sirve para hacer notar y dar fuerza a los emprendimientos de la comunidad”, señala.
Thompson impulsa el marketing de su negocio a través de las redes sociales. Hace ocho años empezó en un spa como empleado, pero desde hace tres colocó su propio local.
SI bien no tiene socios, Thompson resalta el apoyo de sus padres y familiares para independizarse.

Fuente: El Universo, Diverso Ecuador