El discurso oficial anti-LGBT en la Turquía moderna es tan feroz que ya no es raro que dirigentes se refieran a miembros de la comunidad gay como «pervertidos» y «desviados».
Esta retórica no es exclusiva del gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Por décadas, líderes en Medio Oriente han insistido en que la homosexualidad no tiene cabida en el mundo islámico. Pero muchos rechazan esta visión, en la que otrora fue una región tolerante con la homosexualidad.
En el Imperio otomano, que se extendió desde lo que es hoy Hungría hasta Yemen y que cubrió más de 5 millones de km2, las relaciones entre hombres eran ampliamente aceptadas. Y así lo fue durante mucho tiempo.
En el siglo octavo d.C., Abu Nuwas, quien se convertiría en uno de los grandes poetas de la literatura árabe clásica, ya escribía sobre la pasión y el deseo entre hombres.
Incluso en algunas versiones de la Ilíada, una de las composiciones literarias más importantes y antiguas, Aquiles y Patroclo son descritos como amantes, aunque Homero, a quien se le atribuye el texto, no los identifica como tal, al menos explícitamente.
«Cuando analizamos la literatura, la poesía, las obras de teatro con títeres, etc., nos damos cuenta de que durante la fundación del Imperio otomano el concepto de homosexualidad, como algo que define a alguien y como lo opuesto a la heterosexualidad, básicamente no existe».
Así le dice a BBC Mundo el historiador israelí Dror Ze’evi, experto en historia política, social y cultural del Imperio otomano y autor de la obra «Produciendo deseo: el cambio del discurso sexual en el Medio Oriente otomano, 1500-1900».
«Durante más de 500 años, los otomanos continuaron con algo que se había establecido mucho antes en los imperios y Estados islámicos que precedieron al Otomano: que la sexualidad es un amplio espectro y no sólo una dicotomía entre heterosexualidad y homosexualidad», prosigue.
Hoy, a más de un siglo de la caída del imperio, el panorama es muy diferente.
En el Medio Oriente del siglo XXI la mayoría de los países criminalizan la homosexualidad y en algunos los actos sexuales entre personas del mismo sexo se pagan con penas de cárcel y hasta la muerte.
Concretamente, se castigan con la pena capital en Irán, Arabia Saudita y Yemen, señala la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales (ILGA), que monitorea el progreso de las leyes relacionadas con la homosexualidad en todo el mundo.
Según la misma fuente, en países como Qatar y Emiratos Árabes Unidos también es posible que se imponga la pena de muertea los condenados por esos cargos, aunque no en todos los casos se aplica la ley.
Las relaciones homosexuales también son perseguidas en Líbano, Libia o Siria, en donde pueden recibir penas de prisión.
En el resto de la región existe un vacío jurídico al respecto, siendo Bahréin e Israel las únicas excepciones.
En este último no sólo la homosexualidad es legal, sino que se permite la unión civil entre dos personas del mismo sexo y existe un acceso igualitario a la adopción.
Actualmente la aceptación de la homosexualidad en la región varía, pero es baja en la mayoría de los países.
Pese a tener la reputación de ser más liberal que sus vecinos, apenas 6% de los libaneses piensan que la homosexualidad es aceptable, según una encuesta de 2019 elaborada del Arab Barometer y comisionada por el servicio árabe de la BBC.
Es los territorios palestinos el porcentaje es de 5%, mientras que en Jordania y Túnez sólo el 7% la consideran admisible.

Fuente: BBC, El Diverso