El Tribunal de Derechos Humanos de British Columbia falló a favor de Jessie Nelson, de 32 años, una persona tran y no binaria, de género fluido, que fue despedide de su trabajo después de pedirle al gerente del bar que usará el pronombre they (elle) para referirse a elle.
Brian Gobelle, trabajador del establecimiento, se refería persistentemente a Jessie Nelson con el pronombre de “ella”, según el fallo de Devyn Cousineau, miembro del Tribunal de Derechos Humanos de British Columbia.
A pesar de que Nelson le pidió a Gobelle que se detuviera, él se negó y tras una segunda conversación que subió de tono. Nelson fue despedide por Ryan Kingsberry, quien dirige el restaurante.
Al explicarle a Nelson por qué fue despedide, Kingsberry dijo que había sido muy problemática la situación.
Nelson luego llevó su caso al tribunal de derechos humanos, alegando que “la conducta de Gobelle hacia elle, y la respuesta del dueño, equivalen a discriminación en el empleo basada en su identidad y expresión de género”, en violación del Código de Derechos Humanos de British Columbia.
Cousineau estuvo de acuerdo en que los derechos humanos de Nelson habían sido violados por la deliberada discriminación de género.
El juez ordenó a la gerencia del restaurante de Canadá pagar a Nelson $ 30,000 dólares canadienses en daños, así como “implementar una política de pronombres y capacitación obligatoria para todo el personal y gerentes sobre diversidad, equidad e inclusión”.
Jessie Nelson, dijo que la discriminación era “un traumatismo en una larga lista de traumas para una persona trans que vive una experiencia trans”. Al testificar para la audiencia, Jessie Nelson dijo que “no espero perfección en mis pronombres; nunca la he pedido, pero la deliberada y repetida equivocación por parte del gerente del bar fue un “trauma” que me dejó triste y asustade”.
Dijo que el trabajo en el restaurante fue uno de sus primeros trabajos que tuvo donde se sintió lo suficientemente segure como para revelar quién era.
“Esta fue la primera vez que pensé, ‘¿Sabes qué? Voy a ser completamente yo misme’”, dijo Nelson.
“Me lo merezco. Tengo 32 años. He vivido lo suficiente fingiendo… No creo que las personas trans deban tener que hacer eso.
“Soy un ser humano, con el corazón palpitante y el deseo de ser viste, valorade y escuchade en el mundo. Y también estoy aquí para todas las demás personas trans o queer que trabajen en un entorno de servicio o de cara al cliente, de modo que, con suerte, esto ya no sucederá. Porque es mucho. Es muy agotador. Y merecemos vivir, gozar y ser re

Fuente: El Closet LGBT, Portal Diverso Ecuador